Cuando tiene lugar una situación de discapacidad transitoria o estable y se ven afectadas algunas habilidades o capacidades necesarias para una buena participación en las actividades cotidianas del niño/a que le impiden ser autónomo.
Además, si observas que tu hijo/a presenta varias situaciones de las que se describen a continuación:
-Su tono muscular es bajo: puede parecer débil.
-Le cuesta centrar la atención y seguir instrucciones, pasar a la actividad siguiente o realizar actividades que tienen muchos pasos.
-Es muy activo, no para de moverse, corre, choca, salta, trepa más que otros niños, le cuesta bajar la velocidad o todo lo contrario, evita moverse.
-Parece torpe.
-Problemas de escritura: no le gusta escribir, es lento o se fatiga. Usa demasiada fuerza al escribir, rasga el papel.
-Es muy sensible y tiene reacciones exageradas al contacto, a los sonidos, y a los olores.
-Su dieta es muy limitada; evita probar alimentos nuevos.
-Le cuesta mantener los límites personales: toca en exceso objetos que no son suyos o personas.
-Le cuestan las transiciones entre actividades y los cambios inesperados de planes .